La mesa fija MONNA es la definición perfecta de equilibrio entre naturalidad y modernidad. Su tapa blanca de MDF lacado de 2 cm de grosor, descansa sobre una sólida estructura de patas de madera maciza, aportando calidez visual y una sensación de frescura que transforma cualquier ambiente.
Con una silueta redonda, esta mesa resulta ideal tanto para comedores pequeños como para cocinas donde cada detalle cuenta. La fusión del blanco mate con el veteado sutil del roble crea una armonía cromática que encaja a la perfección en espacios de inspiración nórdica o escandinava.